Viajando al Sur

Abr 29, 2017 by

Viajando al Sur

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El Sur siempre ha tenido un atractivo especial para las gentes del norte. no tanto como lugar de vida, sino más bien como curiosidad.

Y en este caso hablamos del Sur como todo aquello que se sitúa en la zona de Andalucía, del Norte de África.

Esas tierras pobladas por personas cuyos antepasados hablaban árabe o lenguas bereberes, esas tierras donde residía el enemigo secular llamado islam, esas tierras donde la arquitectura, el modo de comportarse, de ser y la cultura es tan diferente al nuestro, en el norte.

Hoy en Pop Online Shop el viajero analizará más detenidamente una zona que se ha convertido en algo que, para un leonés, un gallego, un asturiano o un vasco es, algo así, como viajar a otro continente.

 

Qué hay en el Sur de la península

El Sur de la península, para empezar, es una zona de calor como es bien sabido por todos aquellos que lo conocen o que ven las noticias del tiempo en la televisión.

Un calor sofocante, agobiante, que los indómitos habitantes de las montañas del Reino de León con casas de piedra habituados al frío invernal no soportan con facilidad.

Piensa el viajero del norte que en el sur la gente no está muy habituada al trabajo en condiciones ambientales de altas temperaturas y que ello puede ocasionar esos altos niveles de desocupación.

Pero la realidad del conocimiento que se tiene sobre esta zona es que la arquitectura de Sevilla, capital de Andalucía y cabeza de su reino, de Granada y su reino nazarí, de Córdoba, capital del califato que llegó hasta nuestras tierras resultan espectaculares.

Las viviendas son diferentes, las calles son diferentes, el modo de vida es diferente y las cajas registradoras en su costa más turística no paran de hacer dinero.

Ver las casas sin calefacción resulta sorprendente sobretodo cuando se observan aires acondicionados por doquier.

 

 

El boom inmobiliario de la costa

Zonas como la Costa del Sol han sido ampliamente edificadas y son el destino turístico de hispanos, anglos y germánicos.

Aquí hablar de la cláusula suelo, de los créditos baratos, del alquiler de barcos o del lujo de los yates comienza a ser algo casi diario así como el mobiliario para la hostelería o la venta de elementos para la playa.

El Sol de la costa y su preparación para el turismo en Marbella, Torromolinos, Benalmádena o Fuengirola es una realidad.

Una zona donde las gafas de sol, las chancletas y el bañador son el traje oficial en toda la costa andaluza y los turistas pueden disfrutar torrándose al sol y bañándose en las playas.

Una zona, en definitiva donde el concepto Sol y playa se extiende por toda su geografía costera debido a que apartamentos, pisos, casas, chozas, hoteles, hostales y tiendas de campaña se dan la mano para albergar a gran cantidad de gentes en busca de sol y y playa.

La presencia sobretodo de ingleses hace que muchas veces no sea necesario aprender inglés en londres, liverpool o manchester, sino que simplemente con pasar un verano en la Costa del Sol sería suficiente para dominar la lengua inglesa con fluidez.

El turismo ha sido el gran motor de la costa española y Andalucía, un territorio con sol, playa y escasas posibilidades de encontrar empleo, una zona en la que en determinadas localidades la orientación a un turismo que tiene otro idioma como propio una de las facilidades para generar ingresos.

 

 

La tranquilidad y el descanso

A pesar del ajetreo, de la fiesta, del alcohol una opción es buscar tranquilamente un electrofitness en un spa, un recorrido por los pueblos blancos de Huelva, por la zona heredera de las tradiciones, costumbres, e incluso cultura del Reino de León en Sierra de Aracena, la Faja Pirítica o las marismas y parques naturales andaluces.

Aquí las tradicionales masías para bodas en Barcelona se transforman en cortijos y las casas preparadas para el frío, la nieve y unas condiciones adversas en como soportar el sol bajo un techo que dé sombra.

El descanso es posible, el ajetreo también y el viajero tiene la opción de visualizar previamente dónde prefiere pasar el tiempo.

Una buena opción en Andalucía es coger una bicicleta, ponerse el casco de bicicleta homologado para no sufrir accidentes y en su caso contar con la normativa, vestimenta de ciclista, agua y ponerse a pedalear descubriendo todo lo que las provincias de Andalucía pueden ofrecer al viajero.

Y conocido es que en Andalucía salir de noche es no una opción, sino algo a lo que sol obliga.

Desde los resorts de lujo de las playas hasta la tranquilidad de un pueblo en una zona donde el calor no sea un enemigo implacable el descanso, con aire acondicionado, es hasta una posibilidad.

 

 

Las Islas Canarias y el Norte de África

Las Islas Canarias son un paraíso en medio del Atlántico.

Formaron parte de España antes incluso que Pamplona, lo que no deja de sorprender al viajero junto a su acento un tanto simpático y su capacidad para disponer de agradables temperaturas todo el año.

Aquí trabajar no resulta tan duro como puede serlo en Málaga o Sevilla.

Un abogado en la isla de Lanzarote, un ingeniero en Fuerteventura o un psicólogo en la isla de Tenerife dispondrán de un clima agradable pero no extremo.

No hablamos ya de sus famosos carnavales, de la montaña más alta de España o de sus magníficas playas, sino incluso de descubrir la esencia de las islas, de cada una de ellas y facilidad de relajarse si el viajero es capaz de encontrar un acomodo a su gusto en una de estas zonas.

En definitiva, visitar estas islas, visitar Ceuta o Melilla, observar cómo la España del Norte de África tiene una diferencia en su modo de ser de todo lo conocido en la península puede resultar interesante para el viajero.

Una cinta antideslizante desde África a Europa puede ser un viaje que muestre un paisaje para las personas a las que les guste un entorno donde el mar une dos continentes.

El Sur tiene mucho que ofrecer y unos recursos turísticos que hacen que disfrutar de las zonas de más costeras sea algo sencillo y que muchos viajeros agradecerán.

 

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